Visitando las islas de París en el río Sena

El río Sena divide París en dos partes y sirve como la vía utilizable más grande en la ciudad. Si es tu primera vez en París, navegar por el Sena a bordo de uno de los muchos barcos es una experiencia que no debes perderte. El mejor momento para hacerlo es al atardecer para que el viaje de regreso te permita ver París de noche, desde el río. En el camino, te encontrarás con tres islas, todas las cuales vale la pena descubrir.

Las islas de París en el río Sena

île Saint-Louis

La isla más oriental del Sena es la isla de Saint-Louis. Originalmente, había dos islas naturales, Cows Island y Notre-Dame Island, separadas por un pequeño canal. Estas islas eran propiedad de los canónigos de Notre-Dame y en su mayoría no estuvieron habitadas hasta el siglo XVII.

Qué ver en la isla de Saint-Louis

La calle principal es la Rue Saint-Louis-en-L’Île, que atraviesa toda la isla de este a oeste. La mayoría de las tiendas y restaurantes se encuentran en esta calle. Tómate el tiempo para disfrutar de la tranquila calle, sus galerías de arte, sus pequeñas tiendas y sus cafés.

En los números 29 y 31, el heladero más famoso de París, Berthillon, sirve sus helados con sabor natural de renombre mundial desde 1954. En la misma calle, el discreto Saint-Louis-en-L ‘ île Church, una iglesia de estilo barroco, muy decorada. Para un almuerzo al estilo francés, la mejor opción es L’Îlot Vache.

Île de la Cité

La Île de la Cité es la isla natural más importante y famosa del río Sena. Sorprendentemente, esta isla ha estado formando el núcleo de París durante más de 2000 años.

Historia de la Isla

Los vestigios de asentamientos en la isla se remontan al período galo. Sin embargo, realmente se volvió importante en la ciudad durante el período romano. La antigua ciudad de Lutetia se encontraba principalmente en la margen izquierda del Sena, pero los centros judiciales y religiosos de la ciudad estaban ubicados en la isla. La mitad occidental de la isla albergaba el Palacio, donde vivían los líderes políticos, mientras que la mitad oriental se consideraba sagrada. Allí había un templo.

En el lado este, las grandes construcciones de Haussmann en el siglo XIX terminaron de remodelar la isla, con la ampliación de la plaza del frente de Notre-Dame, que hasta allí estaba atascada por calles estrechas y barrios marginales. El arquitecto especialista medieval Viollet-Le-Duc se inscribió para renovar y transformar la catedral de Notre-Dame y convertirla de una estructura medieval en ruinas en una joya grandiosa.

En el lado occidental, sin embargo, poco ha cambiado desde la Revolución. El Palacio de Justicia permaneció en el Palacio hasta 2018 cuando finalmente se trasladó al XVII Distrito, aunque todavía se llevan a cabo algunos juicios en el antiguo Palacio.

Qué ver en la Île de la Cité

Este lugar esopecial de París está lleno de lugares de referencia que vale la pena ver. Si deseas verlos en detalle, es posible que haya que pasar  un día completo en la isla, para que puedas tomarte el tiempo para verlos a todos sin prisa.

Primero, el Boulevard du Palais, el bulevar principal que corta la isla en dos mitades y separa las partes históricas judicial y religiosa. También la Rue de la Cité, que es paralela al primer bulevar. Entre las dos calles, está la parte menos interesante de la isla, aunque tomarse un tiempo para pasear por el Mercado de las Flores siempre es una experiencia placentera.

Se puede iniciar el recorrido con la parte este. La catedral de Notre-Dame ha estado orgullosamente allí durante 850 años. Aunque el gran incendio de 2019, que destruyó la mayor parte. El sitio de construcción de la renovación rápidamente se hizo cargo para garantizar un futura reapertura dentro de cinco años. Sin embargo, incluso si no se puede ingresar a Notre-Dame en este momento, toda la zona sigue siendo rica en posibles visitas y la fachada principal sigue siendo grandiosa.

La Plaza del Frente es preciosa, y da acceso a una cripta donde se pueden observar los restos romanos y galos de Lutetia. Además, tómete el tiempo para pasear por la Rue Chanoinesse, detrás de la Catedral, para disfrutar de tranquilas calles pavimentadas y edificios antiguos.

El parque Jean-XXIII y el Deportation Memorial en el extremo oriental de la isla también valen la pena.

Al otro lado de la isla, comienza tu recorrido visitando la prisión de Conciergerie, en los escalones de Marie-Antoinette, que residía allí antes de su ejecución.

Justo al lado, no te pierdas la impresionante visita de la Sainte-Chapelle construida por Saint-Louis para proteger las Santas Reliquias del Cristo . Como uno de los primeros edificios religiosos de estilo gótico, la Capilla Santa es una de las estructuras más altas que está cubierta en su mayoría con vidrieras y apenas tiene paredes.

Detrás del Palacio, la Place Dauphine triangular es una plaza tranquila que conduce al extremo occidental de la isla. La plaza es muy tranquila y un lugar perfecto para disfrutar de un momento de relax en la terraza de un café. Es posible que vea algunos grupos de amigos jugando a la petanca en el medio de la plaza. La plaza está llena de antiguas librerías y galerías de arte.

Termina tu recorrido dirigiéndose al oeste. Antes de la punta de la isla, el Puente Nuevo (Pont Neuf) es en realidad el puente de piedra más antiguo de París. Sus pequeños balcones en la acera son excelentes lugares para tomar fotografías sobre el Sena.

Finalmente, detrás de la estatua de Enrique IV, puedes caminar hasta la Plaza du Vert-Galant, un parque muy bonito al nivel del río desde donde a los parisinos les gusta venir a tomar una copa al atardecer.

Para recomendar, Amorino Arcole, helados artesanales de buena calidad y con una presentación muy original con un típico macarrón. Otro lugar que nos encanta es Fluctuat, para comer productos bien locales a un precio bastante normal (para París). Y para comer bien y muy barato; Sur le Pouce ( tienen menú del día por 10€).

Île aux Cygnes

La isla de los cisnes no es una isla natural. Originalmente, era un dique que protegía el cercano puerto de Grenelle. Construido por primera vez en arena, se reforzó rápidamente con hormigón debido a los rápidos movimientos del suelo provocados por el fuerte caudal del río. La isla fue plantada con árboles a principios del siglo XIX, pero su diseño final se decidió principalmente después de la Exposición Universal de París de 1937.

Durante la Expo, una estructura de madera conectó la isla con la orilla izquierda del Sena y sostuvo todo un sector de la exposición. Nada de esta estructura permanece hasta la fecha.

Qué ver en Île aux Cygnes

La isla de los cisnes tiene casi 900 metros de largo, pero solo 10 metros de ancho. Por lo tanto, no hay mucho que ver, pero la isla es un gran lugar para dar un agradable paseo por el río. Es un gran lugar para trotar y un lugar tranquilo para pasar un rato relajante en un banco frente al agua. Las vistas a la Torre Eiffel, al lado de la isla, son simplemente impresionantes. Ideal  para pasear desde el puente Grenelle hasta el puente Bir Hakeim.

El puente Grenelle sostiene una réplica de la Estatua de la Libertad de Nueva York, que Francia le regaló a los Estados Unidos. La réplica fue implantada cuatro años después de la inauguración de la versión estadounidense, en 1889, con motivo del Centenario de la Revolución Francesa. La réplica es aproximadamente cuatro veces más pequeña que la estatua original.

La estatua se giró originalmente hacia la Torre Eiffel y el Palacio del Elíseo, es decir, hacia el este, pero se giró hacia los Estados Unidos, hacia el oeste, después de la Exposición Universal de 1937.

El Puente Bir Hakeim es uno de los puentes más famosos de París ya que soporta un viaducto de hierro para que el Metro pueda cruzar el Sena. El camino de carretera y ciclista, que discurre bajo el viaducto, es muy gráfico con sus columnas de hierro y su perfecta simetría. Se representó en muchas películas, incluidos éxitos de taquilla de fama mundial como Misión Imposible: Fallout e Inception.